10 Mas cuando el hombre muera, y sea cortado; y perezca el hombre, ¿adónde estará él?
11 Las aguas del mar se fueron, y se agotó el río, se secó.
12 Así el hombre yace, y no se tornará a levantar; hasta que no haya cielo no despertarán, ni levantarán de su sueño.
13 ¡Oh quién me diera que me escondieras en el Seol, que me encubrieras hasta apaciguarse tu ira, que me pusieras plazo, y de mí te acordaras!
14 Si el hombre muriere, ¿por ventura vivirá? Todos los días de mi edad esperaré, hasta que venga mi transformación.
15 Entonces llamarás, y yo te responderé, a la obra de tus manos desearás.
16 Pues ahora me cuentas los pasos, y no das dilación a mi pecado.