7 ¿Y Dios no vengará a sus escogidos, que claman a él día y noche, aunque sea longánime acerca de ellos?
8 Os digo que los vengará presto. Pero cuando el Hijo del hombre viniere, ¿hallará fe en la tierra?
9 Y dijo también a unos que confiaban en sí como justos, y menospreciaban a los otros, esta parábola:
10 Dos hombres subieron al Templo a orar: el uno fariseo, el otro publicano.
11 El fariseo, en pie, oraba consigo de esta manera: Dios, te doy gracias, que no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
12 ayuno lo de dos comidas cada sábado, doy diezmos de todo lo que poseo.
13 Mas el publicano estando lejos no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que hería su pecho, diciendo: Dios, reconcíliame, pecador.