37 Y cuando llegaron ya cerca de la bajada del monte de las Olivas, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzaron a alabar a Dios a gran voz por todas las maravillas que habían visto,
38 diciendo: ¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en lo altísimo!
39 Entonces algunos de los fariseos de la multitud, le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos.
40 Y él respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.
41 Y como llegó cerca viendo la ciudad, lloró sobre ella,
42 diciendo: ¡Oh si también tú conocieras, a lo menos en este tu día, lo que toca a tu paz! Mas ahora está encubierto a tus ojos.
43 Porque vendrán días sobre ti, que tus enemigos te cercarán con baluarte, y te pondrán cerco, y de todas partes te pondrán en estrecho,