17 Pero él mirándolos, dice: ¿Qué pues es lo que está escrito: La piedra que condenaron los edificadores, ésta fue por cabeza de esquina?
18 Cualquiera que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado; mas sobre el que la piedra cayere, le desmenuzará.
19 Y procuraban los príncipes de los sacerdotes y los escribas echarle mano en aquella hora, porque entendieron que contra ellos había dicho esta parábola; mas temieron al pueblo.
20 Y acechándole enviaron espías que simularan ser justos, para sorprenderle en palabras, para que le entregaran al principado y a la potestad del gobernador.
21 Los cuales le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y enseñas bien, y que no tienes respeto a persona; antes enseñas el camino de Dios con verdad.
22 ¿Nos es lícito dar tributo a César, o no?
23 Mas él, entendiendo la astucia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis?