4 Samuel hizo lo que el Señor le mandó. Cuando llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con cierto temor, y le preguntaron:–¿Vienes en son de paz?
5 –Así es –respondió Samuel–. Vengo a ofrecer un sacrificio al Señor. Purificaos y acompañadme en el sacrificio.Luego Samuel purificó a Jesé y a sus hijos, y los invitó al sacrificio.
6 Cuando ellos llegaron, Samuel vio a Eliab y pensó: “Con toda seguridad, este es el hombre que el Señor ha escogido como rey.”
7 Pero el Señor le dijo: “No te fijes en su apariencia ni en su elevada estatura, pues yo lo he rechazado. No se trata de lo que el hombre ve, pues el hombre se fija en las apariencias. Yo me fijo en el corazón.”
8 Entonces Jesé llamó a Abinadab y se lo presentó a Samuel, pero Samuel comentó:–Tampoco a este ha escogido el Señor.
9 Luego Jesé le presentó a Samá, pero Samuel dijo:–Tampoco ha escogido a este.
10 Jesé presentó a Samuel siete de sus hijos, pero Samuel tuvo que decirle que a ninguno de ellos lo había elegido el Señor.