1 Sin embargo, David pensaba: “Tarde o temprano, Saúl me matará. Por eso, lo mejor que puedo hacer es huir al país filisteo para que Saúl me deje tranquilo y no me ande buscando por todo el territorio de Israel. De esta manera escaparé de sus manos.”
2 Y así, David y los seiscientos hombres que le acompañaban emprendieron el camino para ponerse al servicio de Aquís, hijo de Maoc y rey de Gat.
3 David y sus hombres vivieron en Gat, con Aquís, cada cual con su familia. David se llevó a sus dos mujeres: Ahinóam, la de Jezreel, y Abigail, la viuda de Nabal, el de Carmel.
4 Cuando Saúl supo que David había huido a Gat, dejó de perseguirle.