13 Y prometieron que cualquiera que no quisiera buscar al Señor, Dios de Israel, fuera mayor o menor, hombre o mujer, sería condenado a muerte.
14 Hicieron el juramento al Señor en alta voz y con gritos de alegría, y al son de trompetas y cuernos.
15 Todo Judá se alegró por el juramento que habían hecho, pues juraron de todo corazón, y con toda su voluntad habían buscado al Señor, el cual se había dejado encontrar por ellos y les había concedido paz con todos sus vecinos.
16 Además, el rey Asá quitó la categoría de reina madre a Maacá, su abuela, porque había mandado hacer una imagen de Asera. Asá destruyó aquella imagen; la hizo pedazos y la quemó en el arroyo Quedrón.
17 Y aunque no se quitaron de Israel los santuarios en lugares altos, Asá permaneció siempre fiel,
18 y puso en el templo de Dios todo el oro y la plata que tanto él como su padre habían dedicado al Señor.
19 Y no hubo guerra hasta el año treinta y cinco del reinado de Asá.