9 Por eso cayeron muertos nuestros padres en la guerra, y nuestros hijos e hijas y nuestras esposas fueron llevados prisioneros.
10 Así pues, he decidido hacer un pacto con el Señor, Dios de Israel, para que aparte su ira de nosotros.
11 Por consiguiente, hijos míos, no os deis descanso, porque el Señor os ha escogido para que estéis siempre a su disposición y le sirváis, y para que le ofrezcáis incienso.”
12 Los levitas que inmediatamente empezaron a trabajar fueron los siguientes: de los descendientes de Quehat: Máhat, hijo de Amasai, y Joel, hijo de Azarías; de los de Merarí: Quis, hijo de Abdí, y Azarías, hijo de Jehaleel; de los de Guersón: Joah, hijo de Zimá, y Edén, hijo de Joah;
13 de los de Elisafán: Simrí y Jehiel; de los de Asaf: Zacarías y Matanías;
14 de los de Hemán: Jehiel y Simí; y de los de Jedutún: Semaías y Uziel.
15 Primero reunieron a sus parientes, y se purificaron todos; luego entraron en el templo para purificarlo, según la orden que el rey les había dado de acuerdo con el mandato del Señor.