7 Los sabios respondieron por segunda vez:–Cuéntenos Su Majestad lo que ha soñado y nosotros le explicaremos el significado.
8 –Sé muy bien –contestó el rey– que vosotros tratáis de ganar tiempo, porque habéis oído mi decisión.
9 Por tanto, si no me decís lo que he soñado sufriréis todos la misma condena, pues os habéis puesto de acuerdo para darme como respuesta mentiras y falsedades en espera de que cambie la situación. Decidme, pues, el sueño, y así sabré que también podéis explicarme su significado.
10 –No hay en el mundo –respondieron los sabios– quien pueda decir lo que Su Majestad desea saber. Por otra parte, ningún rey, por grande y poderoso que haya sido, ha pedido jamás semejante cosa a ningún mago, adivino o sabio.
11 Lo que Su Majestad pide es tan difícil, que nadie podrá decírselo, a no ser los dioses. ¡Pero ellos no viven entre los hombres!
12 Al oir esto, el rey se puso furioso y ordenó matar a todos los sabios de Babilonia.
13 Una vez publicada la orden, buscaron también a Daniel y a sus compañeros para quitarles la vida.