18 Todos los israelitas fueron testigos de los truenos y relámpagos, del sonido de trompetas y del monte envuelto en humo; pero tenían miedo y se mantenían alejados.
19 Así que dijeron a Moisés:–Háblanos tú, y obedeceremos; pero que no nos hable Dios, no sea que muramos.
20 Moisés les contestó:–No tengáis miedo. Dios ha venido para poneros a prueba y para que siempre sintáis temor de él, a fin de que no pequéis.
21 Y mientras el pueblo se mantenía alejado, Moisés se acercó a la nube oscura en la que estaba Dios.
22 El Señor dijo a Moisés:“Diles esto a los israelitas: ‘Ya habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros.
23 No hagáis ídolos de oro o plata para adorarlos como a mí.
24 Hacedme un altar de tierra, y ofrecedme en él los animales de vuestros rebaños y ganados como holocaustos y sacrificios de reconciliación. Yo vendré y os bendeciré en cada lugar en el que quiera que se recuerde mi nombre.