2 Porque si tú no lo dejas ir, yo castigaré con ranas a todo tu país.
3 El río hervirá de ranas, que saldrán y se meterán en tu palacio, en el lugar donde duermes, sobre tu cama, en las casas de tus funcionarios y de tu gente, en tus hornos y en donde amasan tu pan.
4 Las ranas saltarán sobre ti, sobre tus funcionarios y sobre toda tu gente.’
5 El Señor dijo a Moisés:–Dile a Aarón que extienda su bastón sobre los ríos, arroyos y lagunas, para que de allí salgan ranas y llenen el país de Egipto.
6 Aarón lo extendió sobre las aguas de Egipto, y todo el país se llenó de las ranas que salieron de ellas.
7 Sin embargo, los magos hicieron lo mismo por medio de sus artes mágicas, y también trajeron ranas sobre el territorio egipcio.
8 Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón, y les dijo:–Pedidle al Señor que nos quite las ranas a mí y a mi gente, y dejaré que la tuya vaya a ofrecer sacrificios al Señor.