32 Se os ha metido en la cabeza ser como las demás naciones de la tierra, que adoran al palo y a la piedra; pero no será así.
33 Yo, el Señor, juro por mi vida que, con gran despliegue de poder y castigando con ira, reinaré sobre vosotros.
34 Yo os reuniré de entre los pueblos y naciones donde os encontráis dispersos, desplegando mi gran poder y castigando con ira.
35-36 Os llevaré al desierto de los pueblos, y cara a cara os llamaré a juicio, de la misma manera que llamé a juicio a vuestros padres en el desierto de Egipto. Yo, el Señor, lo afirmo.
37 Yo os examinaré como un pastor que cuenta sus ovejas, y haré que os sometáis al pacto.
38 Separaré de vosotros a los rebeldes y revoltosos y os sacaré de la tierra extranjera donde ahora estáis viviendo; pero ellos no entrarán en la tierra de Israel. Entonces reconoceréis que yo soy el Señor.
39 ‘Pueblo de Israel, esto dice el Señor: ¡Id a adorar a vuestros ídolos!... Pero después me obedeceréis, y no volveréis a profanar mi santo nombre haciendo esas ofrendas y adorando a vuestros ídolos.