1 El Señor se dirigió a mí y me dijo:
2 “Tú, hombre, vas a dictar la sentencia contra la ciudad criminal. La acusarás de todas las cosas detestables que ha hecho
3 y le dirás: ‘Esto dice el Señor: Ciudad que matas a tus habitantes y fabricas ídolos para contaminarte, ¡ya va a llegar tu hora!
4 Con los asesinatos que has cometido te has hecho culpable, y con los ídolos que has fabricado te has contaminado; has hecho que tu hora se acerque y que haya llegado el fin de tus días. Así pues, yo haré que los pueblos te insulten, que todas las naciones se burlen de ti.
5 Los de cerca y los de lejos se burlarán de ti, ciudad famosa por tu idolatría y tu gran desorden.
6 Allí están los gobernantes de Israel, que viven en medio de ti y cometen todos los crímenes que pueden.
7 Tus habitantes no honran a su padre y a su madre, maltratan a los extranjeros, explotan a los huérfanos y a las viudas.