10 Pues bien, yo me declaro enemigo tuyo y de tu río. Voy a convertirte en un desierto espantoso y desolado, desde Migdol hasta Asuán, hasta la frontera de Etiopía.
11 Ni hombres ni animales pasarán por allí. Durante cuarenta años, nadie vivirá allí.
12 Yo te convertiré, Egipto, en el país más desolado: durante cuarenta años tus ciudades quedarán en ruinas, en peor estado que otras ciudades en ruinas; desterraré a tus habitantes y los dispersaré entre los demás países y naciones.
13 ‘Yo, el Señor, digo: Después de los cuarenta años, reuniré a los egipcios de los países adonde los había dispersado.
14 Haré que los prisioneros egipcios vuelvan y se instalen en el sur de Egipto, en su lugar de origen, donde formarán un reino sin importancia.
15 Será el reino menos importante de todos, y no volverá a levantarse por encima de las demás naciones. Lo haré tan pequeño que no podrá dominar a otros países;
16 y el pueblo de Israel no volverá a confiar en Egipto, pues esto les hará ver lo equivocados que estaban cuando fueron allá en busca de ayuda. Entonces reconocerán que yo soy el Señor.’ ”