23 El Señor se dirigió a mí y me dijo:
24 “La gente que vive en esas ciudades de Israel que están en ruinas, anda diciendo: ‘Abraham era uno solo y, sin embargo, llegó a ser dueño del país; con mayor razón nosotros, que somos muchos, llegaremos a ser dueños del país.’
25 Por lo tanto, diles: ‘Así dice el Señor: Vosotros coméis carne con sangre, adoráis ídolos y cometéis asesinatos, ¿y creéis que vais a ser dueños del país?
26 Recurrís a la violencia de las armas, hacéis cosas que yo detesto, todos cometéis adulterio, ¿y creéis que vais a ser dueños del país?’
27 “Diles también: ‘Así dice el Señor: Juro por mi vida que los que viven en las ciudades en ruinas también serán asesinados, y a los que viven en el campo haré que se los coman las fieras, y los que viven en rocas y cuevas morirán de enfermedades.
28 Dejaré el país desierto y en ruinas, y destruiré la fuerza de la cual está tan orgulloso. Los montes de Israel quedarán desolados; nadie pasará por ellos.
29 Cuando yo deje desierto y en ruinas el país a causa de los pecados detestables que ellos cometieron, entonces reconocerán que yo soy el Señor.’