27 Los árboles del campo darán su fruto, la tierra dará sus cosechas y ellas vivirán tranquilas en su propia tierra. Cuando yo libere a mi pueblo de quienes lo han esclavizado, entonces reconocerán que yo soy el Señor.
28 Los pueblos extranjeros no volverán a apoderarse de ellos ni las fieras volverán a devorarlos. Vivirán tranquilos, sin que nadie los asuste.
29 Les daré sembrados fértiles, y no volverán a padecer hambre ni las demás naciones volverán a burlarse de ellos.
30 Entonces reconocerán que yo, el Señor su Dios, estoy con ellos, y que Israel es mi pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo.
31 Vosotros sois mis ovejas, las ovejas de mi prado. Yo soy vuestro Dios. Yo, el Señor, lo afirmo.”