20 “No se raparán la cabeza ni se dejarán tampoco el pelo largo; tan solo se lo recortarán.
21 Ningún sacerdote debe beber vino cuando entre en el atrio interior.
22 Y no debe casarse con una viuda o divorciada, sino solo con una israelita virgen o con la viuda de un sacerdote.
23 “Los sacerdotes deben enseñar a mi pueblo a distinguir entre lo santo y lo profano, y entre lo puro y lo impuro.
24 En los pleitos actuarán como jueces y juzgarán según mis leyes. Cumplirán todas mis leyes y enseñanzas acerca de todas mis fiestas, y respetarán mis sábados, como días sagrados.
25 “Nunca tocarán un cadáver, para no contaminarse, a menos que se trate del propio padre, la madre, un hijo, una hija, un hermano o una hermana no casada.
26 Si lo hacen, deberán purificarse, y después esperar aún siete días.