3 El hombre salió hacia oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba a los tobillos.
4 Luego midió otros quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba entonces hasta las rodillas. Midió otros quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba ya a la cintura.
5 Midió otros quinientos metros y la corriente era ya un río que no pude atravesar; se había convertido en un río tan hondo, que solo se podía cruzar a nado.
6 Entonces me dijo: “Fíjate bien en lo que has visto.”Después me hizo volver por la orilla del río,
7 y vi que en las dos orillas había muchos árboles.
8 Entonces me dijo: “Esta agua corre hacia la región oriental y llega hasta la cuenca del Jordán, de donde desembocará en el Mar Muerto. Cuando llegue allá, el agua del mar se volverá dulce.
9 En cualquier parte a donde llegue esta corriente podrán vivir animales de todas clases y muchísimos peces. Porque el agua de este río convertirá el agua amarga en agua dulce, y habrá todo género de vida.