1 El Señor me dijo: “Ahora, hombre, toma un cuchillo afilado como una navaja de afeitar, y rápate la cabeza y la barba. Toma luego una balanza, y divide tu pelo en tres partes.
2 Cuando termine el ataque a la ciudad, quema una de las tres partes del pelo en medio de la ciudad; toma después un cuchillo y corta otra de esas tres partes de pelo alrededor de la ciudad, y la parte restante lánzala al viento. Yo iré detrás de la gente de la ciudad, con una espada en la mano.
3 Toma unos cuantos de aquellos pelos y átalos en el borde de tu vestido.
4 Toma luego unos pocos de ellos y échalos al fuego, para que se quemen. De allí saldrá fuego contra todo el pueblo de Israel.
5 “Yo, el Señor, lo digo: Ahí está Jerusalén. Yo fui quien la puso en medio de pueblos y naciones.