7 Llega la destrucción, habitantes del país. El momento ha llegado; se acerca el día en que solo habrá confusión. Se acabará la alegría en las montañas.
8 Ahora mismo, en seguida, descargaré mi ira contra ti hasta quedar satisfecho, te pediré cuentas de tu conducta y te castigaré por todas tus acciones detestables.
9 No te voy a tratar con misericordia; voy a castigarte por tu conducta y a hacerte pagar las consecuencias de tus acciones detestables. Y reconoceréis que yo, el Señor, soy quien castiga.
10 “¡Aquí está el día! ¡Ya llegó! ¡Vino la destrucción! La maldad triunfa por todas partes y es mucha la insolencia.
11 La violencia aparece y produce maldad. Pero ellos no lograrán nada con sus riquezas y su griterío. No hay en ellos nada de valor.
12 Llegó el momento, vino el día. Ni el vendedor tiene de qué alegrarse, ni el comprador por qué ponerse triste. Voy a castigar con ira el orgullo de Israel.
13 El que haya vendido algo, no lo recuperará en toda su vida ni podrá deshacer el negocio que hizo. Los malvados no podrán conservar su vida.