2 La tierra no tenía entonces forma alguna; todo era un mar profundo cubierto de oscuridad, y el espíritu de Dios se movía sobre las aguas.
3 Dios dijo: “¡Haya luz!” Y hubo luz.
4 Al ver Dios que la luz era buena, la separó de la oscuridad
5 y la llamó “día”, y a la oscuridad la llamó “noche”. De este modo se completó el primer día.
6 Después Dios dijo: “Haya una bóveda que separe las aguas, para que queden separadas.”Y así fue.
7 Dios hizo una bóveda que separó las aguas: una parte de ellas quedó debajo de la bóveda y otra parte quedó encima.
8 A la bóveda la llamó “cielo”. De este modo se completó el segundo día.