1 Jacob siguió su camino y se fue a la tierra de los orientales.
2 En el campo vio un pozo, cerca del cual descansaban tres rebaños de ovejas, porque los animales bebían agua de él. Sobre la boca del pozo había una piedra muy grande,
3 y cuando todos los rebaños se juntaban allí, los pastores quitaban la piedra para dar agua a las ovejas, y luego volvían a tapar el pozo.
4 Jacob preguntó a los pastores:–¿De dónde sois, amigos míos?–Somos de Harán –contestaron ellos.
5 –¿Conocéis a Labán, el hijo de Nahor? –volvió a preguntar.–Sí, le conocemos –respondieron.
6 –¿Está bien de salud? –insistió Jacob.–Sí, Labán está bien –dijeron los pastores–. Mira, ahí viene su hija Raquel con sus ovejas.
7 Entonces Jacob dijo:–Todavía es de día, y muy temprano para encerrar las ovejas. ¿Por qué no les dais agua y las lleváis a pastar?