5 pero no miró así a Caín y a su ofrenda, por lo que Caín se irritó mucho y torció el gesto.
6 Entonces el Señor le dijo: “¿Por qué te has irritado y has torcido el gesto?
7 Si hicieras lo bueno, podrías levantar la cara; pero como no lo haces, el pecado está esperando el momento de dominarte. Sin embargo, tú puedes dominarlo a él.”
8 Un día, Caín invitó a su hermano Abel a dar un paseo, y cuando los dos estaban ya en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató.
9 Entonces el Señor preguntó a Caín:–¿Dónde está tu hermano Abel?Caín contestó:–No lo sé. ¿Acaso es mi obligación cuidar de él?
10 El Señor le dijo:–¿Por qué has hecho esto? La sangre de tu hermano, que has derramado en la tierra, me pide a gritos que haga justicia.
11 Por eso, quedarás maldito y expulsado de la tierra que se ha bebido la sangre de tu hermano, a quien tú mataste.