51 Al primogénito lo llamó Manasés, porque dijo: “Dios me ha hecho olvidar todos mis sufrimientos y a todos mis parientes.”
52 Al segundo lo llamó Efraín, porque dijo: “Dios me ha hecho tener hijos en el país donde he sufrido.”
53 Pasaron los siete años de abundancia que hubo en Egipto,
54 y comenzaron los siete años de escasez, tal como José lo había dicho. Hubo hambre en todos los países, menos en Egipto, pues allí había qué comer.
55 Y cuando los habitantes de Egipto comenzaron a tener hambre, fueron a pedir trigo al faraón. Entonces el faraón dijo a todos los egipcios: “Id a ver a José y haced lo que él os diga.”
56 Cuando el hambre se extendió por todo el país, José abrió todos los graneros donde había trigo, para vendérselo a los egipcios, pues el hambre era cada vez peor.
57 Y venían de todos los países a Egipto a comprar trigo a José, pues en ningún país había qué comer.