9 Entonces José se acordó de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo:–Vosotros sois espías. Sólo venís a ver cuáles son los puntos débiles del país.
10 –¡No, señor! –contestaron ellos–. Nosotros, tus servidores, hemos venido a comprar trigo.
11 Todos nosotros somos hijos del mismo padre. Somos gente honrada. Nunca hemos sido espías.
12 –No es cierto –insistió José–. Vosotros venís a descubrir los puntos débiles del país.
13 Pero ellos contestaron:–Tus servidores somos doce hermanos, hijos del mismo padre, y vivimos en Canaán. Nuestro hermano menor se ha quedado con nuestro padre, y el otro ya no está con nosotros.
14 Sin embargo, José volvió a decirles:–¡Tal como dije! Vosotros sois espías,
15 y con esto vamos a probarlo: os juro por el faraón que no saldréis de aquí hasta que venga vuestro hermano menor.