17 El mayordomo hizo tal y como José le ordenó, y los llevó personalmente;
18 pero ellos se asustaron porque los llevaban a la casa de José, y se dijeron:–¡Esto es un pretexto! Nos han traído aquí por el dinero que nos devolvieron la vez pasada. Van a atacarnos y hacernos trabajar como esclavos, junto con nuestros animales.
19 Así que, al llegar a la puerta de la casa, se acercaron al mayordomo para hablar con él,
20 y le dijeron:–¡Ay, señor! La otra vez vinimos de veras a comprar trigo,
21 pero cuando llegamos al lugar donde íbamos a pasar la noche, abrimos nuestros costales, y ahí, en la boca de cada costal, estaba el dinero de cada uno de nosotros. El dinero estaba completo. Ahora lo hemos traído para devolverlo,
22 y también trajimos más dinero para comprar trigo. Pero no sabemos quién puso nuestro primer dinero en los costales.
23 El mayordomo contestó:–Calmaos, no tengáis miedo. El Dios vuestro y de vuestro padre debe de haber puesto ese dinero en vuestros costales, pues yo recibí el dinero que habíais pagado.El mayordomo sacó a Simeón y lo llevó a donde estaban ellos;