9 Jacob le contestó:–Ya tengo ciento treinta años de ir de un lado a otro. Pocos y malos han sido mis años, pues todavía no he alcanzado a vivir lo que vivieron mis antepasados.
10 Después Jacob se despidió del faraón y salió de allí.
11 Y José les dio terrenos en la mejor región de Egipto, para que vivieran en ella, tal como el faraón había ordenado. Así su padre y sus hermanos llegaron a poseer terrenos en la región de Ramsés.
12 Además, José proveía de alimentos a todos sus familiares, según las necesidades de cada familia.
13 En ninguna parte del país había trigo, y el hambre aumentaba más y más. Tanto en Egipto como en Canaán la gente se moría de hambre.
14 José recogió todo el dinero que los de Egipto y los de Canaán le habían pagado por el trigo comprado, y lo guardó en el palacio del faraón.
15 Cuando ya no quedaba dinero ni en Egipto ni en Canaán, los egipcios fueron a decirle a José:–¡Danos comida! No es justo que nos dejes morir de hambre, solo porque ya no tenemos dinero.