18 mientras le decía:–¡No, padre, así no! ¡Este es el primogénito! Pon tu mano derecha sobre su cabeza.
19 Pero su padre no quiso hacerlo, y contestó:–¡Ya lo sé, hijo, ya lo sé! También él llegará a ser una nación muy importante. Sin embargo, su hermano menor será más importante que él, y sus descendientes formarán muchas naciones.
20 Aquel mismo día, Jacob los bendijo con estas palabras:–El pueblo de Israel usará vuestro nombre para las bendiciones, diciendo: ‘Que Dios haga contigo como hizo con Efraín y Manasés.’Así puso Israel a Efraín antes de Manasés.
21 Luego dijo a José:–Mira, yo voy a morir; pero Dios estará con vosotros y os hará regresar a la tierra de vuestros antepasados.
22 A ti te he dado más que a tus hermanos: te doy Siquem, que les quité a los amorreos luchando contra ellos.