1 Después de la muerte de Moisés, el siervo del Señor, habló el Señor a Josué, hijo de Nun y ayudante de Moisés, y le dijo:
2 “Como mi siervo Moisés ha muerto, ahora eres tú quien debe cruzar el río Jordán con todo el pueblo de Israel, para ir a la tierra que os voy a dar.
3 Tal como se lo prometí a Moisés, yo os daré toda la tierra en donde pongáis el pie.
4 Os daré el territorio que va desde el desierto y la sierra del Líbano hasta el gran río Éufrates, con todo el territorio de los hititas, y hasta el mar Mediterráneo.
5 Nadie te podrá derrotar en toda tu vida, y yo estaré contigo como estuve con Moisés, sin dejarte ni abandonarte jamás.
6 Ten valor y firmeza, que tú vas a repartir la tierra a este pueblo, pues es la herencia que yo prometí a sus antepasados.
7 Lo único que te pido es que tengas mucho valor y firmeza, y que cumplas toda la ley que mi siervo Moisés te dio. Cúmplela al pie de la letra para que te vaya bien en todo lo que hagas.