17 Entonces salieron en busca de los gabaonitas, y al tercer día llegaron a sus ciudades, que eran Gabaón, Quefirá, Beerot y Quiriat-jearim.
18 Pero los israelitas no los mataron, porque los jefes les habían jurado por el Señor y Dios de Israel que les perdonarían la vida.Por esta razón el pueblo murmuraba contra sus jefes,
19 pero los jefes les dijeron:–Nosotros les hemos jurado por el Señor, el Dios de Israel, que no los mataríamos. Por eso no podemos ahora hacerles nada.
20 Tenemos que dejarlos vivir, porque si rompemos el juramento se enojará Dios con nosotros.
21 Así pues, los jefes israelitas ordenaron que se les dejara con vida, pero que fueran puestos como leñadores y aguadores para todo el pueblo. De esa manera los jefes mantuvieron su promesa.
22 Por su parte, Josué llamó a los gabaonitas y les preguntó:–¿Por qué nos engañasteis diciéndonos que veníais de muy lejos, cuando la verdad es que vivís ahí mismo?
23 Por esta razón quedaréis bajo maldición, y para siempre seréis sirvientes. Tendréis que cortar la leña y sacar el agua que se necesite para la casa de mi Dios.