23 Al octavo día llevará todo esto al sacerdote para su purificación; lo entregará en presencia del Señor, a la entrada de la tienda del encuentro.
24 El sacerdote tomará el cordero del sacrificio por la culpa y la tercera parte de un litro de aceite, y los presentará ante el Señor como ofrenda especial.
25 Degollará el cordero del sacrificio por la culpa y, tomando un poco de la sangre del cordero, untará con ella al que se purifica, en la parte inferior de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho;
26 luego se pondrá un poco de aceite en la palma de la mano izquierda,
27 y con el dedo derecho rociará siete veces ante el Señor parte del aceite que tiene en la mano.
28 También untará al que se purifica, con un poco de aceite, en la parte inferior de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho, es decir, en el mismo lugar en que le puso la sangre del sacrificio por la culpa.
29 Con el resto del aceite untará el sacerdote la cabeza del que se purifica, para que este obtenga del Señor el perdón de su pecado.