8 y les dije: “Nosotros, hasta donde nos ha sido posible, hemos rescatado a nuestros compatriotas judíos que habían sido vendidos a las naciones paganas; ¿y ahora vosotros los volvéis a vender, para que nosotros tengamos que volver a rescatarlos?”Ellos se quedaron callados, pues no sabían qué responder.
9 Y añadí: “Lo que estáis haciendo no es bueno. Deberíais mostrar reverencia por nuestro Dios y evitar así las burlas de los paganos, nuestros enemigos.
10 También mis familiares, mis ayudantes y yo les hemos prestado dinero y trigo; así que, ¡vamos a perdonarles esta deuda!
11 Y os ruego también que les devolváis ahora mismo sus terrenos, viñedos, olivares y casas, y que canceléis las deudas que tienen con vosotros, sean de dinero, de grano, de vino o de aceite.”
12 Ellos respondieron: “Devolveremos todo eso y no les reclamaremos nada. Lo haremos todo tal como tú has dicho.”Entonces llamé a los sacerdotes, y en su presencia les hice jurar lo que prometieron.
13 Además me sacudí la ropa y dije: “Así sacuda Dios fuera de su casa y de sus propiedades a todo aquel que no cumpla este juramento, y así lo despoje de todo lo que ahora tiene.” Toda la multitud respondió: “Amén”, y alabaron al Señor.La gente cumplió su promesa,
14 y durante doce años, es decir, desde aquel día del año veinte en que el rey Artajerjes me nombró gobernador de la región de Judá hasta el año treinta y dos de su reinado, ni yo ni mis colaboradores hicimos uso de la pensión que me correspondía como gobernador.