6 Entonces Esdras alabó al Señor, el Dios todopoderoso, y todo el pueblo respondió con los brazos en alto: “Amén, amén.” Luego se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente y adoraron al Señor.
7 Los levitas Josué, Baní, Serebías, Jamín, Acub, Sabtai, Hodías, Maaseías, Quelitá, Azarías, Jozabad, Hanán y Pelaías explicaban la ley al pueblo. Mientras la gente permanecía en su sitio,
8 ellos leían en voz alta el libro de la ley de Dios, y lo traducían para que se entendiera claramente la lectura.
9 Y como todo el pueblo lloraba al oir los términos de la ley, tanto el gobernador Nehemías como el maestro y sacerdote Esdras y los levitas que explicaban la ley al pueblo, dijeron a todos que no se pusieran tristes ni llorasen, porque aquel día estaba dedicado al Señor su Dios.
10 Además les dijo Esdras: “Id y comed de lo mejor, bebed vino dulce e invitad a quienes no tengan nada preparado, porque hoy es un día dedicado a nuestro Señor. No estéis tristes, porque la alegría del Señor es nuestro refugio.”
11 También los levitas calmaban a la gente, diciendo que se callaran y no llorasen, porque era un día dedicado al Señor.
12 Entonces toda la gente se fue a comer y beber, y a compartir su comida y celebrar una gran fiesta, porque habían comprendido lo que se les había enseñado.