12 ¿Acaso soy yo su padre o su madre para que me pidas que los lleve en brazos, como a niños de pecho, hasta el país que prometiste a sus antepasados?
13 ¿De dónde voy a sacar carne para dar de comer a toda esta gente? Vienen llorando a decirme: ‘Danos carne para comer.’
14 Yo solo no puedo seguir encargándome de llevar a todo este pueblo; es una carga demasiado pesada para mí.
15 Si vas a seguir tratándome así, mejor será que me quites la vida, si es que de veras me estimas. Así no tendré que verme en tantas dificultades.
16 Pero el Señor le contestó:–Reúneme a setenta ancianos israelitas, de los que sepas que tienen autoridad entre el pueblo, y tráelos a la tienda del encuentro, y que esperen allí contigo.
17 Yo bajaré y hablaré allí contigo, y tomaré una parte del espíritu que tú tienes y se la daré a ellos para que te ayuden a sobrellevar a este pueblo. Así no estarás solo.
18 Luego manda al pueblo que se purifique para mañana, y comerán carne. Ya los he oído llorar y decir: ‘¡Ojalá tuviéramos carne para comer! ¡Estábamos mejor en Egipto!’ Pues bien, yo les voy a dar carne para que coman,