2 Entonces los israelitas prometieron al Señor que, si él los ayudaba a conquistar aquel país, ellos destruirían por completo todas sus ciudades.
3 El Señor concedió a los israelitas lo que le habían pedido, y los ayudó a derrotar a los cananeos, y los israelitas destruyeron por completo a los cananeos, lo mismo que a sus ciudades, por lo que a aquel lugar le pusieron por nombre Hormá.
4 Los israelitas salieron del monte Hor en dirección al mar Rojo, dando un rodeo para no pasar por el territorio de Edom. En el camino, la gente perdió la paciencia,
5 y empezaron a hablar contra Dios y contra Moisés. Decían:–¿Para qué nos sacasteis de Egipto? ¿Para hacernos morir en el desierto? No tenemos ni agua ni comida. ¡Ya estamos cansados de esta comida miserable!
6 El Señor les envió serpientes venenosas, que los mordieron, y muchos israelitas murieron.
7 Entonces fueron a donde estaba Moisés y le dijeron:–¡Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti! ¡Pídele al Señor que aleje de nosotros las serpientes!Moisés pidió al Señor que perdonara a los israelitas,
8 y el Señor le dijo:–Hazte una serpiente como esas, y ponla en el asta de una bandera. Cuando alguien sea mordido por una serpiente, que mire a la serpiente del asta, y se salvará.