8 Todo el tiempo que dure su promesa, estará consagrado al Señor.
9 “Si alguien muere de repente junto a él y le contamina así el cabello, que él tenía consagrado al Señor, deberá raparse la cabeza siete días más tarde, es decir, el día señalado para su purificación.
10 El octavo día llevará al sacerdote dos tórtolas o dos pichones a la entrada de la tienda del encuentro.
11 El sacerdote ofrecerá uno de ellos como sacrificio por el pecado y el otro como holocausto, y celebrará el rito para obtener el perdón por el pecado cometido al tocar el cadáver. Ese día volverá a consagrar su cabello al Señor,
12 y comenzará un nuevo periodo de consagración al Señor. El tiempo anterior no se tomará en cuenta, porque el cabello que había consagrado quedó impuro. También llevará al Señor un cordero de un año, como sacrificio por la culpa.
13 “Cuando termine el plazo de su consagración, el nazareo irá a la entrada de la tienda del encuentro
14 y ofrecerá al Señor un cordero de un año, sin ningún defecto, como holocausto; una oveja de un año, sin ningún defecto, como sacrificio por el pecado, y un carnero, sin ningún defecto, como sacrificio de reconciliación.