6 Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos ya han muerto.
7 Después se apareció a Santiago y luego a todos los apóstoles.
8 Por último se me apareció también a mí, que soy como un niño nacido fuera de tiempo.
9 Pues yo soy el menos importante de los apóstoles, y ni siquiera merezco llamarme apóstol porque perseguí a la iglesia de Dios.
10 Pero soy lo que soy porque Dios fue bueno conmigo y su bondad no ha resultado en vano. Al contrario, he trabajado más que todos ellos; aunque no he sido yo, sino Dios, que en su bondad me ha ayudado.
11 Lo que importa no es si he sido yo o si han sido ellos, sino que este es nuestro mensaje y que esto es lo que habéis creído.
12 Ahora bien, si nuestro mensaje es que Cristo ha resucitado, ¿cómo dicen algunos de vosotros que los muertos no resucitan?