5 no con pasión y malos deseos como las gentes que no conocen a Dios.
6 Que nadie abuse ni engañe en este asunto a su hermano, porque el Señor castiga duramente todas esas cosas, como ya os hemos advertido.
7 Dios no nos ha llamado a vivir en impureza, sino en santidad.
8 Así pues, el que desprecia estas enseñanzas no desprecia a ningún hombre, sino a Dios, que os ha dado su Espíritu Santo.
9 En cuanto al amor fraternal, no tengo necesidad de escribiros, porque Dios mismo os ha enseñado a amaros unos a otros,
10 y así lo hacéis con todos los hermanos que viven en Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que vuestro amor aumente todavía más.
11 Procurad vivir tranquilos y ocupados en vuestros propios asuntos, trabajando con vuestras manos como os hemos encargado,