8 No os digo esto como un mandato. Solo quiero que conozcáis la buena disposición de otros, para daros la oportunidad de demostrar que vuestro amor es verdadero.
9 Porque ya sabéis que nuestro Señor Jesucristo, en su bondad, siendo rico se hizo pobre por causa vuestra, para que por su pobreza fuerais vosotros enriquecidos.
10 Por vuestro propio bien os doy este consejo: desde el año pasado, no solo comenzasteis a hacer algo al respecto, sino a hacerlo con entusiasmo.
11 Ahora pues, dentro de vuestras posibilidades, terminad lo que habíais comenzado, y terminadlo con la misma disposición que mostrasteis al principio, cuando decidisteis hacerlo.
12 Porque si de veras alguien quiere dar algo, Dios le aceptará la ofrenda que él haya hecho según sus posibilidades. Dios no pide lo que uno no tiene.
13 No se trata de que por ayudar a los demás paséis vosotros necesidad.
14 Se trata más bien de que haya igualdad. Ahora tenéis vosotros lo que a ellos les falta, y en otra ocasión tendrán ellos lo que os falte a vosotros, y de esta manera habrá igualdad.