18 Dicen cosas altisonantes y vacías, y con vicios y deseos humanos seducen a quienes a duras penas logran escapar de los que viven en el error.
19 Les prometen libertad, siendo ellos mismos esclavos de la corrupción, porque todo hombre es esclavo de aquello que le ha dominado.
20 Pues los que han conocido al Señor y Salvador Jesucristo, y han escapado así de las impurezas del mundo, si otra vez se dejan enredar y dominar por ellas, quedan peor que antes.
21 Más les habría valido no conocer el camino recto que, después de haberlo conocido, apartarse del santo mandamiento que les fue dado.
22 En ellos se ha cumplido la verdad de aquel dicho: “El perro vuelve a su vómito”, y de este otro: “La puerca recién bañada vuelve a revolcarse en el lodo.”