18 Entonces hubo relámpagos, estruendos y truenos, y la tierra tembló a causa de un terremoto tan violento como jamás hubo otro igual desde que el mundo es mundo.
19 La gran ciudad se partió en tres, y las ciudades del mundo se derrumbaron; y Dios se acordó de la gran ciudad de Babilonia para hacerle beber el vino de su ira terrible.
20 Todas las islas y los montes desaparecieron;
21 del cielo cayeron sobre la gente enormes granizos, de más de cuarenta kilos, y los hombres dijeron cosas ofensivas contra Dios por la calamidad del granizo, porque fue un castigo espantoso.