5 Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí que el tercero de los seres vivientes decía: “¡Ven!”Miré, y vi un caballo negro, y el que lo montaba tenía una balanza en la mano.
6 Y en medio de los cuatro seres vivientes oí una voz que decía: “Solo un kilo de trigo por el salario de un día y tres kilos de cebada por el salario de un día; pero no eches a perder el aceite ni el vino.”
7 Cuando el Cordero rompió el cuarto sello, oí que el cuarto de los seres vivientes decía: “¡Ven!”
8 Miré, y vi un caballo amarillento, y el que lo montaba se llamaba Muerte. Tras él venía el que representaba al reino de la muerte, y se les dio poder sobre la cuarta parte de la tierra para matar con guerras, hambres, enfermedades y las fieras de la tierra.
9 Cuando el Cordero rompió el quinto sello, vi al pie del altar, vivos, a los que habían sido degollados por proclamar el mensaje de Dios y ser fieles a su testimonio.
10 Decían con fuerte voz: “Soberano santo y fiel, ¿cuándo juzgarás a los habitantes de la tierra y vengarás nuestra muerte?”
11 Entonces, a cada uno de ellos se le dio una vestidura blanca, y se les dijo que descansaran aún por un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus hermanos y compañeros en el servicio de Dios, que, como ellos, también habían de ser muertos.