1 Por eso, mis queridos hermanos, a quienes tanto deseo ver; amados míos, mi alegría y mi premio, seguid así, firmes en el Señor.
2 Ruego a Evodia, y también a Síntique, que se pongan de acuerdo como hermanas en el Señor.
3 Y a ti, mi fiel compañero de trabajo, te pido que las ayudes, pues en el anuncio del evangelio lucharon a mi lado, junto con Clemente y los otros que trabajaron conmigo. Sus nombres ya están escritos en el libro de la vida.
4 Alegraos siempre en el Señor. Os lo repito: ¡Alegraos!