1 Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago, a los que Dios el Padre ama y ha llamado, los cuales son protegidos por Jesucristo.
2 Recibid abundancia de misericordia, paz y amor.
3 Queridos hermanos, he sentido grandes deseos de escribiros acerca de la salvación que tanto vosotros como yo tenemos; y ahora me veo en la necesidad de hacerlo para rogaros que luchéis por la fe entregada un día al pueblo santo.
4 Porque por medio de engaños se han infiltrado ciertas personas a quienes las Escrituras ya habían señalado desde hace mucho tiempo para la condenación. Son hombres malvados que toman la bondad de nuestro Dios como pretexto para una vida desenfrenada, y que niegan a nuestro único Dueño y Señor, Jesucristo.
5 Aunque ya lo sabéis, quiero recordaros que el Señor, después de haber sacado de Egipto al pueblo de Israel, destruyó a los que no creyeron.