15 Pero si por aquello que tú comes, tu hermano se siente ofendido, tu conducta ya no se inspira en el amor. ¡Que tu comida no sea causa de que se pierda aquel por quien Cristo murió!
16 No deis, pues, lugar a que se hable mal de ese bien que tenéis.
17 Porque el reino de Dios no consiste en comer o beber ciertas cosas, sino en vivir en justicia, paz y alegría por medio del Espíritu Santo.
18 El que de esta manera sirve a Cristo, agrada a Dios y es aprobado por los hombres.
19 Por lo tanto, busquemos lo que conduce a la paz y a la mutua edificación espiritual.
20 No eches a perder la obra de Dios por causa de la comida. En realidad, todos los alimentos son limpios; lo malo es comer algo que haga perder la fe a otros.
21 Es mejor que no comas carne ni bebas vino ni hagas nada que sea causa de que tu hermano tropiece.