15 Sin embargo, en esta carta me he atrevido a escribiros francamente acerca de algunas cosas, para que no las olvidéis. Lo hago por el encargo que Dios en su bondad me ha dado,
16 de servir a Cristo Jesús para bien de los que no son judíos. El servicio sacerdotal que presto consiste en anunciar el evangelio de Dios, con el fin de presentar ante él a los no judíos, como ofrenda que le sea grata, consagrada por el Espíritu Santo.
17 Como creyente en Cristo Jesús tengo motivos para gloriarme de mi servicio a Dios.
18 Y no me atrevo a hablar de nada, aparte de lo que Cristo mismo ha hecho por medio de mí para llevar a los no judíos a obedecer a Dios. Esto se ha realizado con palabras y hechos,
19 por el poder de señales y milagros y por el poder del Espíritu de Dios. De esta manera he llevado a buen término el anuncio del evangelio de Cristo, desde Jerusalén y por todas partes hasta la región de Iliria.
20 Pero he procurado anunciar el evangelio donde nunca antes se había oído hablar de Cristo, para no construir sobre cimientos puestos por otros,
21 sino para que sea lo que dice la Escritura:“Verán los que nunca habían tenido noticias de él;entenderán los que nunca habían oído de él.”