3 En cuanto a ti, que juzgas a otros y haces lo mismo que ellos, no creas que vas a librarte de que Dios te condene.
4 Tú desprecias la inagotable bondad, tolerancia y paciencia de Dios, sin darte cuenta de que precisamente su bondad es la que te está llevando a convertirte a él.
5 Pero tú, como eres terco y no has querido volverte a Dios, estás acumulando castigo sobre ti mismo para el día del castigo, cuando Dios se manifieste para dictar su justa sentencia
6 y pagar a cada cual lo que merezcan sus acciones.
7 Dará vida eterna a quienes buscando gloria, honor e inmortalidad hicieron siempre el bien;
8 pero castigará severamente a los rebeldes, es decir, a los que están en contra de la verdad y a favor de la maldad.
9 Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen lo malo: para los judíos en primer lugar, pero también para los que no lo son.