12 Así como una higuera no puede dar aceitunas ni una vid puede dar higos, tampoco, hermanos míos, puede dar agua dulce un manantial de agua salada.
13 Si entre vosotros hay alguno sabio y entendido, que lo demuestre con su buena conducta, con la humildad que su sabiduría le da.
14 Pero si dejáis que la envidia os amargue el corazón y hacéis las cosas por rivalidad, entonces no tenéis de qué enorgulleceros y estáis faltando a la verdad.
15 Esta sabiduría no es la que procede de Dios, sino que es sabiduría de este mundo, de la mente humana y del propio diablo.
16 Donde hay envidias y rivalidades hay también desorden y toda clase de maldad;
17 en cambio, los que poseen la sabiduría que procede de Dios llevan ante todo una vida pura; y además son pacíficos, bondadosos y dóciles. Son también compasivos, imparciales y sinceros, y hacen el bien.
18 Y los que procuran la paz, siembran en paz para recoger como fruto la justicia.