24 y le preguntó:—¿Ha ordenado Su Majestad que Adonías reine después de Su Majestad?
25 Porque resulta que hoy ha bajado, ha matado toros y becerros y muchas ovejas, y ha convidado a los hijos de Su Majestad, a los capitanes del ejército y al sacerdote Abiatar. Y ahí están comiendo y bebiendo con él, y gritando: “¡Viva el rey Adonías!”
26 Sin embargo, no me han invitado a mí, ni al sacerdote Sadoc, ni a Benaías, hijo de Joiadá, ni a Salomón, hijo de Su Majestad.
27 ¿Acaso ha ordenado esto Su Majestad sin haber informado a este siervo suyo acerca de quién ocuparía el trono después de Su Majestad?
28 El rey David ordenó entonces que llamaran a Betsabé. Al llegar Betsabé ante el rey, se quedó de pie delante de él.
29 El rey hizo entonces el siguiente juramento:—Juro por el Señor, que me ha librado de toda angustia,
30 que lo que te juré por el Señor, el Dios de Israel, te lo cumpliré hoy mismo: tu hijo Salomón subirá al trono en mi lugar y reinará después de mí.