20 He dado orden a sus delegados y a los míos para que se pongan de acuerdo con ustedes sobre los detalles.
21 Que les vaya bien.»A los veinticuatro días del mes de Dióscoro del año ciento cuarenta y ocho.»
22 La carta del rey decía lo siguiente:«El rey Antíoco saluda a su hermano Lisias.
23 Ahora que mi padre ha sido trasladado a los dioses, he querido que las personas de mi reino vivan tranquilas, para que puedan dedicarse a sus asuntos.
24 Pero he oído decir que los judíos no están de acuerdo con adoptar las costumbres griegas, como lo quería mi padre, sino que prefieren vivir según su manera propia, y han pedido que se les permita cumplir sus leyes.
25 Deseando, pues, que también esa nación viva tranquila, decido que se les devuelva el templo y que puedan vivir según las costumbres de sus antepasados.
26 Hazme el favor de enviar algunos delegados que hagan las paces con ellos, para que, conociendo mi determinación, estén tranquilos y puedan dedicarse en paz a sus asuntos.»